MM: Este
hombre, señores y señoras, hoy aquí, delante de todos
ustedes, deberá enfrentar una prueba tremenda: ¡Deberá
cantar una serenata!
(Entra
Núñez a escena y luego sale corriendo)
Esto, que
para cualquiera sería una tarea fácil y sencilla, gracias
a su imbatible timidez, se convierte en el acto más riesgoso y
aterrador, y se convierte también en el comienzo del espectáculo
de Les Luthiers.
El presente recital de Les Luthiers se ha de iniciar con uno de los géneros
más divulgados en la historia del arte musical: la serenata. Mucha
gente se pregunta por qué "la" serenata y no "el"
serenata. Sí, son esas cosas que uno no... claro, esas cosas a
uno no se le ocurren, no las... no, no... no, claro, porque es muy natural
que uno diga "ah no, porque la serenata, no sé qué...",
pero no...
La explicación es muy simple: no escapa a cualquier espectador
sagaz, y cuando decimos "espectador sagaz", no confundir "espectador"
con "encendedor", aunque este último a veces también
es "a gas"; decíamos, si el espectador... sí,
son esas cosas uno no... si el espectador es sagaz, no debe escapársele
(bueno, también si el encendedor es a gas no debe escapársele),
no debe escapársele el hecho de que las serenatas son ofrendadas
en la mayoría de los casos por varones, o sea que estamos en presencia
de una forma musical esencialmente masculina. Pero cabe preguntarse ¿cómo
es una forma esencialmente masculina?, y también: ¿hay una
forma esencialmente masculina?, cabe preguntarse, ¿la hay?, cabe
preguntarse, ¿cabe?, hay que preguntarse. O sea que, dado que las
serenatas... sí, son esas cosas que uno no, no... o sea que, dado
que las serenatas las cantan los hombres, se designan con el sustantivo
masculino: "el" serenata. Bueno, no, este... está bien
porque el... es como un... no, él pone acá, eh.... no, no,
no, el, el... es como un desarrollo, eh... que no, un arroyo pero que
no el... no, no, está bien porque... escuchemos pues, de Johann
Sebastian Mastropiero: "Serenata Tímida"
CN: Ojalá
mi valor me permita
superar este miedo y cantarle
quizás pueda en mi canto explicarle
el propósito de esta visita.
De temor y de nervios me muero,
su bondad, su paciencia reclamo
a quien quiera escucharme, proclamo
que a Cristina García la aaa..... aaagghh!
CN:
la aaa...argos años he pensado en decirle que... que... que...
CORO:
¡La amo!
CN: Ya
no hay horas de paz para mí;
pues me turba su imagen amada,
desde el día en que la conocí
siento una... siento una...
...ciento una, ciento dos, ciento tres...
CORO:
¡Siento una pasión desenfrenada!
CN:
¡Una cierta atracción!
Me es difícil calmarme y hablar
y diría, si no se ofendiera,
que entonces, tal vez, yo quisiera
entre ambos, muy juntitos,
entre ambos... formar un hogar.
(bolero)
CORO: Te raptaré esta noche
sediento de pasión...
CN: ¡Antes
nos casaríamos!
CORO:
...con éxtasis salvaje
te morderé los labios...
CN: ¡Un
besito en la mejilla!
CORO:
...mis manos temblorosas
recorrerán tu cuerpo...
CN: ¡Los
cabellos, los cabellos!
CORO:
...arrancaré tus ropas...
CN: ¡No!
CORO:
...ardiente de deseo
quemado por el fuego
febril de tu mirada,
hirviendo de ansiedad,
me arrojaré en tu lecho
y por fin podremos...
CN: ¡No,
eso sí que no! ¡No!
CORO:
... y por fin podremos...
CN: ¡Tomar
una ducha helada!
CORO:
¡Sexo, sexo, sexo, mucho sexo!
¡Orgías, perversiones a granel!
DR:
¡Sadismo, masoquismo,
homosexuales al poder!
CN: ¡Me
echaron todo a perder! ¡Me echaron todo a perder! ¡Son unos
degenerados! ¿Se dan cuenta a quién le están cantando?
¡Un desastre! ¡Son unos degenerados! ¡Inmorales! ¡Animales!
... ¡¡¡Comunistas!!!
¿No se dan cuenta a quién le están cantando?
No
se ofenda por lo que ha escuchado,
bajezas infames, vulgar grosería,
yo solo he venido a pedirle la mano de su hija,
señor García.
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